jueves, 20 de octubre de 2011

De fechas y memorias involuntarias

Necesito dejar ir las palabras al ritmo que corren mis sentimientos. Estoy feliz, feliz de estar viva, de continuar pisando esta tierra que me permite vivir. Al mismo tiempo tengo nostalgia, al mismo tiempo recuerdo, al mismo tiempo te añoro, al mismo tiempo vienen a mi memorias de ti. Hace cuatro años abrí este espacio para compartir mis senti-pensares, también para batallar contra el olvido, pero de igual manera para construir mi propia reflexión sobre memoria y justicia. Desde tu forzada partida mi vida ha cambiado. Paradójico, ha cambiado para bien y para mal. En mis huesos tengo tu ausencia, si, quizás no como los primeros meses o años, pero sigue posada en mí. Siempre estará. Tu ausencia tiene distintos toques, distintas dimensiones, distintos momentos. Hoy te extraño para darte buenas noticias, pero graciosamente una noche antes de recibirlas te había sentido, te había evocado, quizás ambas, ¡quién lo sabe, qué importa clarificarlo! Ahora te escribo subida en un tren viajando lo que tú no pudiste viajar y disfrutando de paisajes, del otoño que empieza a posarse en las hojas de los árboles. Te escribo desde un lugar de transito que por momentos deteste apenas te fuiste. Si, comencé a viajar mucho más desde tu partida, y los aeropuertos fueron por instantes lugares fastidiosos. Muchas veces significaron esa odiosa sensación de exilio, pero ahora comprendo que todo este tiempo lo que he estado haciendo es caminando en distintas direcciones, a distintos ritmos para encontrarme de nuevo, o a lo mejor, para encontrarme por primera vez. ¡Quién lo sabe, qué importa! Esta semana leí a Benjamin y me pareció ¡tan denso! Me genero ansiedad. ¿Qué es memoria, cómo se expresa, cuál es su relación con el pasado, con el presente, con el futuro? ¿Cuál es su relación con el escribir historia, con la historia misma? Benjamin fue un hombre complejo, “hiperactivo” intelectualmente, nostálgico, apresurado. Cometió suicidio y a lo mejor no era necesario. Fue su “decisión” para huir de las atrocidades del fascismo. La memoria y los muertos. La memoria y la historia. La memoria y la violencia. La memoria y quienes escribimos, actuamos, luchamos desde ella. Benjamin planteaba que un buen historiador es el que sabe que ni siquiera la muerte esta a salvo del enemigo. Y si, al momento de buscar justicia por quienes han muerto a manos del “poder,” el poder sigue tratándolos como los enemigos a los que el derecho a la justicia les sigue siendo negado. Negado como Creonte negó el derecho al entierro de Polinices, y por lo cual Antígona decidió alzar su voz. Ha pasado tanto tiempo desde que nació Antígona, sin embargo parece que fue ayer pues en este mundo necio miles de Antígonas han florecido tantas veces para re pensar la justicia, la memoria, los otros poderes, los tiempos – pasado, presente, futuro -. Miro al pasado y veo mi responsabilidad contigo, con tu generación. Miro acá y observo mi responsabilidad conmigo misma y mis contemporáneos. Y pongo mi mirada hacia allá y escucho mi responsabilidad con quienes vienen, con quienes en algún momento tú y yo continuaremos construyendo otros mundos posibles. Mientras lo hacemos entre tu generación, las que te precedieron y la mía, ¡feliz cumpleaños desde esa distancia que nos acerca, y que el “poder” como a los sueños, aun no puede controlar!

NO AL OLVIDO, PORQUE NO QUIERO!!!