sábado, 21 de marzo de 2009

Tres años en la impunidad

Este sábado 21 de marzo se cumplen tres años de la desaparición de mi padre, Jaime Gómez, quien fue reconocido a través de varios medios de comunicación como el asesor de Piedad Córdoba que se perdió al subir la montaña del Parque Nacional. Su historia no es muy distinta a la de muchos otros que en Colombia son desaparecidos y asesinados. En el 2006 tuvimos que batallar contra los medios de comunicación y las autoridades nacionales para que se reconocieran que se trataba de una desaparición y en consecuencia actuaran. La SIJIN hablaba permanentemente de auto desaparición o de robo. Los medios hicieron eco de estos mensajes y pusieron a la familia a pelear contra la difamación del buen nombre de mi padre.
En ese entonces era noticia, y como buena “chiva” ocupo algunas líneas y minutos de periódicos, revistas y noticieros. Las entidades del Estado responsables de garantizar la libertad y la vida de los ciudadanos no actuaron de manera diligente, la acción de algunos funcionarios fue indebida. El 23 de abril aparecieron sus restos en una zona que habíamos buscado previamente. El levantamiento del cadáver no se hizo con los procedimientos debidos y una serie de irregularidades hicieron parte de ese momento y del traslado de los restos a Medicina Legal. Después ni se diga. Un conjunto significativo de instituciones cometieron irregularidades bastante serias, así como funcionarios del actual gobierno. En mayo de 2006 se abrió un expediente en Fiscalía, no propiamente una investigación porque en el nuevo Sistema Penal Acusatorio sino hay posibles culpables y móviles identificados no hay investigación.
Desde entonces han sido asignados distintos Fiscales que parecen no avanzar en nada. No avanzan en las hipótesis del asesinato, ni en los móviles, ni en los responsables. Parecen no recoger el pequeño trabajo de Fiscales anteriores, no valoran lo que decimos una y otra vez sobre lo acaecido, no cuentan con metodologías adecuadas, han dejado perder información valiosa. El cuadro, impunidad. Han sido varias batallas, una de ellas el reconocimiento de que fue un homicidio. Pese a las observaciones de peritos forenses independientes, que establecieron el 24 de abril que se había tratado de un homicidio, Medicina Legal dio declaraciones vacías de fundamento y confusas que hicieron circular la idea de un accidente. Los medios contribuyeron a esto de manera irresponsable, así como personalidades del país, incluido el Presidente. En octubre de 2007 Fiscalía reconoce públicamente, a través de medios de comunicación que fue un homicidio. Ya la justicia le adjudica un status relevante para mirarle, pero eso ni siquiera parece permitir avanzar en las indagaciones.
No fue posible, pese a todo lo que se hizo para quitarle relevancia al caso, cerrarlo diciendo que fue un accidente, crimen pasional, robo o suicidio, no nos pudieron quitar el derecho a un proceso de investigación. Ahora trabajamos porque no se nos niegue el derecho, como es común en Colombia, a saber la verdad y a que se aplique justicia. Durante toda esta historia el Estado ha actuado en omisión y en obstrucción de la justicia. ¿Será que también actuó directamente en la vulneración de los derechos de mi padre? Sólo una simple pregunta, porque entonces no entiendo porque no avanza nada, o porque no al menos de manera diligente.

1 comentario:

Salmon dijo...

Hola Diana!...... te escibi al mail.......un aletazo de la revista el salmòn.......mañana ya la sangre no estarà,acero y piel, combinaciòn tan crùel.....fragilidad...

NO AL OLVIDO, PORQUE NO QUIERO!!!