sábado, 22 de marzo de 2014

Construyendo otros mundos

Tierra Esperanza, 21 de marzo de 2014

Esta carta es para ti y mi padre.

Esta carta es extensa, el momento histórico lo amerita.

Hoy hace ocho años saliste a caminar en la mañana esa hermosa ciudad en la que naciste y creciste, y ya no volviste nunca más. Te llevaron. Se llevaron tu cuerpo, pero no a ti. Estos ocho años hemos peleado contra la impunidad una y otra vez. Hasta el cansancio. Hemos caminado y levantado la voz para conocer la verdad, en busca de justicia. Estos ocho años te he recordado, te he pasado por el corazón tantísimas veces y de maneras tan distintas. He desarrollado contigo una otra relación, una relación pasada por todo: por la guerra, la violencia, la rabia, el amor, la admiración, los recuerdos, las ausencias y las luchas. Hace ocho años te llevaron en un contexto como este: re-elección presidencial. En ese entonces vivíamos cierto ascenso de la izquierda, ahora vemos como la derecha, y la ultra derecha, se siguen consolidando, y como en algunos escenarios la izquierda pierde espacio. En estos años yo me he repensado una y otra vez desde mi particularidad generacional y mi ser feminista. He caminado, desde antes que te llevaran, esas sendas que los partidos de izquierda y los movimientos sociales abrieron ya hace décadas. Las he caminado, tu sabes, con mi propia prudencia, mi propia mirada y mi propio cuerpo. Como hace ocho años, ahora trato de no sucumbir a este contexto tan difícil, tan adverso a nuestros sueños. Entonces respiro, pauso, duermo, medito y me busco muy adentro. Papi: las cosas no están fáciles, siguen siendo difíciles para esos que nos ubicamos abajo, en el lugar de la digna rabia y los sueños rebeldes.

Estamos en un proceso de paz pensando desde la justicia transicional. Un proceso de paz concebido desde el punto de vista de la oligarquía colombiana, un proceso de paz que busca llamar a nuestro momento histórico post-conflicto sin que se operen mayores cambios, para lo cual la aplicación de la esa justicia es fundamental. Yo creo que esta es una coyuntura crucial para Colombia, para el futuro, porque muchas cosas que se definirán en este momento en cierta medida serán la bitácora, los cimientos que nos guiaran por los próximos años. Por eso a la construcción de paz nosotros le exigimos coherencia, le exigimos profundidad, le exigimos escuchar nuestras voces. Me pongo a mirar hacia atrás, nuestra historia, y veo como nuestra particular trayectoria nos muestra que ni el modelo moderno liberal burgués ni el camino de las guerrillas han podido responder a nuestros anhelos. En los últimos años son cada vez más visibles los limites del modelo de democracia moderna liberal, desde la que incluso la izquierda ha desarrollado su accionar político, para hacer real nuestros proyectos de emancipación. Las últimas elecciones lo han mostrado. Es evidente que todo ese ensamblaje, el estado de derecho, las leyes, las reglas del juego democrático, no son neutrales, están situadas políticamente, más cerca de ciertos actores.

Ese sistema de gobierno responde a los intereses de quienes lo crearon. Así nos lo muestra no solo la historia del alcalde Petro, sino también todo el arsenal jurídico con el que el Estado y las élites responden a las demandas de las y los que nos organizamos, tal como ha ocurrido con la Ley de Victimas y Restitución de Tierras, una respuesta para neutralizar a las víctimas y capturar su potencial político y subvertor. Papi, creo que necesitamos un nuevo imaginario político, necesitamos re-pensar, re-mirar nuestro horizonte político en sus más profundas raíces. Necesitamos re-inventarnos, de-sujetarnos, liberarnos del poder de dominación. Hacer eso, papi, requiere mirarnos hacia adentro, “casa adentro”, cuerpo adentro, con mucho, mucho detenimiento, con ojos críticos, constructivos e imaginativos. Eso implica que miremos como el poder de dominación constituye nuestras subjetividades y nos hace replicar entre nosotros ese poder que no permite la emancipación. Divide y reinaras. Esa es la lógica de las clases gobernantes, pero también del poder opresor en si mismo. Divide a la izquierda, haz que se atomice hasta que desaparezca. ¡Divídela por las más pequeñas nimiedades, por las elecciones, por la conquista del poder! Divide a las mujeres para que peleen entre ellas y no vean, no sean capaces de ver, como el patriarcado funciona. Divide a los indígenas y a los negros, hazlos amar y querer ser como el blanco. Haz que todo aquel que termine configurado en ‘capataz’, inclusive de su propia historia personal, crea, sueñe, que es el ‘dominador’, que tiene poder, y haz que oprima a sus hermanos y hermanas de lucha. Si, ya sé. No todos tienen conciencia de una “hermandad”.

Esa conciencia se construye. Por eso además de: 1. Pensar y recrear otro poder, un poder para la emancipación que juiciosamente se pregunta y se responde el poder para qué. 2. Y que mira con atención la construcción subjetiva. 3. Genera procesos de politización, procesos de formación, de educación política, no para adoctrinar, sino para desde la construcción colectiva contribuir a la creación de sujetos capaces de análisis, de pensamiento propio, de criticidad y de acción. Politización no para ser vanguardia, sino más bien para ser “retaguardia” y co-emerger con otras y otros como intelectuales orgánicos de un país que necesita educarse para escapar a esta degradante dominación. 4. Necesitamos también construir un nosotros. Ese nosotros de los de abajo, de la digna rabia y los sueños rebeldes no está construido. Está por construirse, y depende de un nuevo imaginario político, de unas nuevas prácticas, de unos nuevos sujetos, no acabados, pero dispuestos a construirse de manera no hegemónica. Ese nosotros pasa por una unidad de la izquierda coherente con un proyecto de sociedad distinta, con una unidad no pegada a babas, sino más bien con una unidad que no es unanimidad de posiciones o de trayectorias históricas, sino multiplicidad, diferencia, confluencia en un mismo proyecto político que no se divide por las diferencias, sino que se nutre a través de ellas.

Como parte de una generación que ha sido gestada desde la lucha, que la ha visto, y la ha caminado, como una generación que conoce los estragos de la violencia política, de un Estado asesino y por lo tanto ilegítimo, creo que tenemos la labor, como lo plantea Franz Fanon, de re-pensar los términos de “la lucha y la liberación, de manera tal que generaciones futuras puedan asumir las tareas que vienen de maneras distintas pero más avanzadas.” Partiendo desde mi propia experiencia, pienso y actúo queriendo desestructurar las consecuencias que ese poder que domina ha dejado en mi vida, mi cuerpo y mi subjetividad. Al sufrimiento que me ha causado, a las lágrimas que me ha arrancado, al desgarramiento interno que me ha provocado, yo le contrapongo la alegría. Le contrapongo el baile, ¡en especial esa salsa rebelde de los 70s que tu tanto bailaste! Le contrapongo, a los recuerdos de la barbarie con que aquí matan, los recuerdos de tu sonrisa, de tus palabras, de nuestros diálogos. A esa camisa de fuerza identitaria a la que nos quiere condenar la guerra, a esa identidad que encarcela cuando solo es producto de la violencia opresora, esa de ser víctima, yo le contrapongo múltiples yo, le contrapongo un ser que es diverso, que tiene varias identidades, que quiere irrumpir su propio ser.

A la muerte, papi, yo le contrapongo la vida. Me niego a la cultura del sacrificio y el sufrimiento, tan interiorizada en nosotros y nosotras. Entonces me re-pienso mi proyecto político, de vida, desde el amor, la felicidad y la disciplina. Papi, la coherencia que me enseñaste me ha sido útil. Me construyo día a día como un ser, una hija, una colombiana qué sabe que eso es difícil y que pese a los errores lo intenta una y otra vez. Si, aprendí que debemos tratar de ser lo más coherentes posible para construir otro mundo, sabiendo que no es fácil, pero viviendo con la intencionalidad de hacerlo. Esto implica no ser capataz, no soñar con el registro mental del opresor, no reproducir lo autoritario y excluyente en la política y la familia, no ser sectario ni tirano, no jugarle a la lógica del poder de dominación, que incluso nos hace pelear entre los cercanos, disputando quereres, disputando reconocimientos y protagonismos.

¡Cuanto extraño las conversaciones contigo! Lo fascinante, en medio de todo, es que sigo conversando contigo de otras maneras, desde otros y otras de tu generación, desde los sueños, desde tus recuerdos, desde todas las presencias que dejaste en mi vida y otras vidas. Hoy es un momento, cuando la primavera emerge, de re-pensar a largo plazo como queremos organizarnos y organizar la vida en sociedad, como hacemos otra política, como somos felices en el transcurrir de este proyecto. Hoy sigo exigiendo verdad y justicia, verdad y justicia como una forma de construir pilares éticos para esa otra sociedad, verdad y justicia como un derecho profundo e inalienable para dignificarte a ti y a todos lo que han muerto a manos de los Creontes. Y también como una manera, como una contribución para sanar. Pero también exijo hoy verdad y justicia, no solo por tu historia, sino por cientos de historias similares a la tuya, como un momento específico de una lucha que es de más largo aliento, que es mucho más profunda, subterránea, disruptiva, radicalmente transformadora que nos permitirá ser lo que queremos SER en colectivo.

Ese ser en comunidad que pasa por la solidaridad con toda aquella y todo aquel que ha experimentado distintas violencias que le limitan su devenir en comunidad. Papi, hoy sigo en pie de lucha, hoy camino para que construyamos un nuevo imaginario político, un nuevo sueño, una nueva posibilidad, una nueva sociedad, unos nuevos arreglos sociales. Tu, que lees esta carta, ¿quieres caminar conmigo? El camino es largo, y ahora más que nunca estoy segura que su realización la verán las generaciones por venir.
Rebeldemente vuestra,
Antígona Góméz

miércoles, 26 de febrero de 2014

DiGnA RaBiA

Hoy amanecí con rabia. Una rabia milenaria, una rabia que me acompaña desde que nací, una rabia que se alborota con esas injusticias, violencias y mentiras que ocurren y nos dicen en Colombia. Rabia de que la violencia siga siendo la manera como se enfrenta a la disidencia política. Rabia por las amenazas, los asesinatos, los atentados contra los líderes de izquierda y movimientos sociales. Rabia por la fuerza que tiene la derecha para desarticular también a través de lo legal las opciones políticas de izquierda como está pasando con el Alcalde de Bogotá. Rabia por las mentiras y las desfachateces de los gobernantes y del Estado.

No creo que este exento de cálculo político que Santos esté hablando de prolongar el período de los alcaldes. Con esto si Petro es destituido y la derecha se queda la Alcaldía, los procesos organizativos, de base, los movimientos sociales y las izquierdas que han visto en las alcaldías de los últimos años en Bogotá opciones alternativas, perderán un espacio importante. Con eso se cierra también la puerta a que si el/los procesos de paz rinden fruto positivo, nuevas opciones entren al ruedo electoral. Rabia de las desfachateces que se pasan como “normales” en Colombia. Como lo de las interceptaciones realizadas por los militares, todo la red corrupta que les habita, y su intención de contribuir a la paz desde la estrategia militar! Como dice el nuevo comandante del Ejército: “Anhelamos la paz, pero digna y basada en una victoria militar!

Pero también me produce rabia mirar Casa Adentro. No entiendo porque tanta fe de las izquierdas con las elecciones, con el modelo liberal, con emplear las estrategias de quienes nos han dominado. No quiere decir que no las considere importantes o que las descarte, ¿pero que es lo qué hacen las elecciones entre las izquierdas? Concentrarse en el voto, dividirlas, detener procesos de confluencia. Creo que como generación(es) tenemos la tarea de repensar a largo plazo el proyecto político de transformación, el horizonte político sin perder el ahora. Pero eso implica pensar muy bien, con detenimiento como actuamos en el presente, como reinventamos la política y hacemos que el poder de dominación no se recodifique. Aunque difícil es posible entrar en los cargos de elección popular, pero me pregunto, ¿una vez allí qué? ¿Cómo no dejarse comer, tragar por la lógica burocrática y clientelista, como aportar más que a la reforma y a la inmediatez a la transformación a largo plazo?

No sé, son preguntas frente a la estupefacción que me produce observar como entramos en las lógicas de quienes tanto criticamos, inclusive repitiendo acríticamente el discurso de la transición, y palabras/frases como pasar la página, reconciliación, dejar atrás el pasado, post-conflicto y toda esa lista de conceptos que están dándole sentido a la tan anhelada “transición” hegemónica. Conceptos que no son solo palabras que vuelan en el aire, son letras que se conjugan para construir también realidades. Realidades, presentes, futuros que a mi personalmente no me convencen. Sigo con esa digna rabia que piensa que hay que reinventarse haciendo, que eso pasa por la cotidianidad y por el cuerpo …

lunes, 7 de octubre de 2013

En transformación

Antígona es fuerza vital, siempre en movimiento, deviniendo. Antígona no es identidad estática, no es identidad impuesta, es identidad en lucha, es subjetividad en debate. A Antígona se le marca cierto camino porque el poder para dominar, el poder violento tuvo lugar. Sin embargo Antígona lucha por salir del código de guerra, el propio código que le da razón a la paz patriarcal y moderna/colonial. Antígona sueña paz. Antígona cree en la utopía de un mejor lugar, un mejor lugar en el aquí y el ahora. Antígona transita, pero cuestiona las transiciones falsas, las transiciones que engañan, las transiciones que atrapan en el status quo, que cooptan y desbaratan las luchas.

Antígona es rebelde, incluso consigo misma. Se calla por momentos si así siente que lo necesita porque no está cómoda con las identidades impuestas, como la de víctima. Impuestas por los hechos, impuesta por los victimarios, impuesta por el Estado, impuesta por una sociedad que a veces no ve lo evidente: la barbarie cometida contra otras y otros. Antígona quiere contribuir, quiere caminar con sus pares, con sus hermanos y hermanas de lucha, con las y los estigmatizados, con las olvidadas, con los despojados de si mismos, con las y los que sueñan mundos distintos, con quienes no han claudicado ni han perdido la fuerza de su rebeldía. Antígona quiere escapar a la domesticación de las luchas y quiere contribuir a construir algo realmente diferente, emancipatorio en lo personal, lo político y lo colectivo. Para eso Antígona se vuelca a su interior, gira, observa, comparte, parte, escribe, imagina, ama, baila, piensa y hace.

Antígona

martes, 23 de abril de 2013

A siete años de tu desaparición hacemos memoria, te recordamos, te pasamos por el corazón!!!!

Desde distintos lenguajes sigues presente, siempre presente!!!!! En estos días se cumplen 7 años de la desaparición forzada de mi papi. Han sido años que me han invitado a pensar el dolor de manera distinta. Hoy quiero hacerlo de otras maneras, desde otros lugares, tratando de romper con las lógicas que la dominación instaura en nosotras y nosotros con el ejercicio de la violencia. Eso no significa que no me sienta triste ... significa que camino por el sendero de la resignificación del dolor, de la rabia, de la impotencia, del miedo ... y camino con ustedes, con los pies de la justicia y la memoria, con un cuerpo colectivo repleto de dignidad! http://www.youtube.com/watch?v=qq9RGq7cIHU http://www.facebook.com/media/set/?set=a.10151323637551500.1073741828.720036499&type=3 http://www.contagioradio.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6326:sin-olvido-jaime-enrique-gómez&catid=21:sin-olvido&Itemid=35 http://www.youtube.com/watch?v=TJrpxvGh2Fs

lunes, 4 de marzo de 2013

Ritos ... 4 de marzo de 2013

“Es un día extraño. Como de esos días en los que asistes a rituales de paso, en los que se cierran y se abren ciclos… este es un momento en el que la vida exige significar el instante desde lenguajes propios … Ha pasado mucho y poco tiempo. Han pasado cosas estremecedoramente tristes y estremecedoramente alegres. Han sido siete años en los que has estado ausente pero también presente en mis días, en mis luchas, en mis palabras, en mis sentires, en mis sueños, en mis lágrimas, en mis sonrisas y en mis soledades. Hoy quiero significar este día como uno de cierre, cierre de un ciclo, cierre de un momento en mi vida. Quiero darle apertura a un nuevo momento en el que seguirás presente. Quiero continuar mi proceso … y ratificar en este momento mi deseo de seguir caminando en felicidad. Hoy te agradezco de nuevo haberme dado la vida, tus múltiples enseñanzas, tu cariño a tu manera ... He aprendido que del dolor y la tristeza también se producen cambios, y aunque suene absurdo desde tu partida me he re encontrado conmigo misma … Estos siete años han sido años de tristezas profundas pero al mismo tiempo de unas inmensas alegrías, de descubrimientos del mundo, de la vida, del amor, de la pasión … Hoy, aquí, teniéndote cerca y lejos, me ratifico en mi deseo de ser feliz, de buscar la felicidad para mi vida desde cada cosa que haga en la política, la vida cotidiana, de pareja, con la familia, con las y los amigos, desde la academia … Quiero darte paz, quiero darte la tranquilidad de que estaré tranquila, que seguiré en mi esfuerzo, y más ahora, de transformar el dolor y la rabia en digna alegría, en alegría digna, en carnaval en revolución, en revolución en carnaval ... Te abrazo y me despido con amor, con profunda admiración y cariño.” Te quiere, Diana

martes, 20 de marzo de 2012

Seis años en el corazón

Voy caminando, sigo caminando, no me detengo, no nos detenemos. Sigo mirando atrás y allí te veo, caminando junto a mi un 20 de marzo. Ese fue el último día que te vi de pie, ese fue el último día que sentí tus abrazos. Sigo caminando, seguimos caminando y miro hacia la izquierda y allí te veo. Estoy buscando por todos lados hacia donde va mi camino – entonces giro, a veces retrocedo, a veces me salto hacia el futuro, a veces me quedo en el presente y lo vivo con intensidad -. Estoy explorando hacia donde va la lucha por la justicia, por un mundo distinto, por una sociedad en la que los pospuestos tengamos posibilidad de ser desde lo que queremos ser, y no desde lo que nos han impuesto. Sigo caminando, me busco, busco mis caminos, mis maneras, las posibilidades de luchar, de lograr cambios y de ser feliz.
Mientras voy caminando me encuentro con muchas y muchos que me ratifican la necesidad de seguir haciendo, de seguir hablando y construyendo desde la dignidad, desde lo rebelde, desde lo nuevo, desde lo indeterminado, desde la incertidumbre … para hacer de las rabias milenarias que producen las injusticias, para hacer de la violencia que se nos ha impuesto como lógica de vida, para hacer de la crisis en la que se encuentra este mundo y en especial Colombia, una posibilidad para soñar con lo imposible, para imaginar otros mundos, para imaginar otras relaciones con las y los otros, con nosotras y nosotros mismos.
Voy caminando y a veces me detengo. Me detengo y pienso, me detengo y me escucho desde adentro, me detengo y siento, dejándome sentir me peleo la posibilidad de ser feliz, porque la lucha contra la dominación está también cruzada por la conquista de la felicidad.
Mientras voy caminado – llevo seis años caminando por un rumbo distinto sin parar aunque a veces me quede quieta – me voy preguntando, me voy sintiendo, te voy sintiendo, voy sintiendo al mundo de una manera distinta. Mientras voy caminado voy reconociendo que el profundo amor que me une a ti desde antes de nacer me haría batallar muchas batallas, y voy descubriendo que ese amor no es solo hacia ti, sino que también es hacia otras y otros. Me pregunto entonces que pasaría si nos tomáramos más en serio los sentimientos, si ellos tuvieran un lugar más central en la política, en la producción de conocimiento, en las relaciones de la vida cotidiana – no para manipular sino para construir otros sentidos de la otredad, de la comunidad, de lo común, para ser y estar en este mundo desde otras racionalidades -.
Colombia, dicen algunos, es ahora el lugar del postconflicto. El Estado parece estar resolviendo, dicen otros, el problema de las victimas y de las tierras. Unos y otros dicen que la justicia está presente, que va lenta pero que existe. Retórica, manipulación de la razón, los sentidos y los sentimientos, distorsión de la realidad, imposición de una manera de sentir, de pensar y de actuar. Cooptación en algunos casos, ceguera en otros tantos, complicidad … Colombia, como otros países, sigue siendo el lugar de los despojos - no solo de la tierra, de los bienes materiales y de los derechos -, sino también de la posibilidad de ser de cada persona, de ser para si y para las y los otros, de ser en comunidad, de ser feliz.
Colombia es el país de los olvidos impuestos y de un modelo de sociedad y de justicia que ha sido el producto de una lógica de sangre. Deberíamos hacer memoria de ese trágico pasado para que LA justicia sea balanza, deje de estar ciega y aporte un sentido feminista a tanta destrucción patriarcal (capitalista y colonialista). Papi, por allí va para algunos la lucha, pensándose desde aristas a veces bien distintas a las de tus momentos de lucha, pero sin abandonar algunos de los sueños que te hicieron caminar tu particular camino.

Seis años sin verdad ni justicia, seis años en nuestros corazones y desde la memoria.

Antígona Gómez Ver: http://www.youtube.com/watch?v=wEgG3Np2HDQ&feature=endscreen http://www.youtube.com/watch?v=MOoBxgEntaw

lunes, 20 de febrero de 2012

Para ti, Sandra Viviana

El 17 de Febrero de 2012 organizaciones sociales del Sur-occidente,
familiares, amigos y amigas convocan y evocan la memoria de Sandra
Viviana Cuellar Gallego y nos juntan para sumar esfuerzos en la
movilización en exigencia de su retorno con vida, en la denuncia de la
impunidad y la ausencia de verdad que rodean estos 365 días sin su
presencia física. Hemos decidido sumarnos sin haber conocido
personalmente a Sandra Viviana, reconociendo en su labor y activismo
una de las luchas que nos hace hijos e hijas de una historia similar.

Hoy escribimos recordando las luchas de Sandra Viviana, la realidad de
la desaparición forzada en Colombia y en otros contextos como los de
México. Hoy también escribimos pensando en los desaparecidos que no
han vuelto a casa en países amigos. Con el conocimiento sobre lo que
está pasando en el resto del país en el presente, vemos con alarma
como se están generalizando las desapariciones forzadas a todos los
líderes sociales y a la ciudadanía en general. Esta siendo común, como
lo fue en otros contextos, que los cuerpos sean arrojados al mar, ríos
o selva, que se impida el derecho a enterrar aun en existencia de los
cuerpos, y que la desaparición se convierta en una estrategia de
distintos actores como los paramilitares para infundir miedo y
desactivar procesos sociales. Hacemos un llamado a ver nuestra
realidad actual y el pasado reciente, para constatar que seguimos
viviendo un conflicto armado y una guerra sucia en la que muchos
intereses entran en juego. Si algunos de nuestros padres fueron
desaparecidos en la era Uribe, Sandra Viviana Cuellar lo fue durante
el gobierno del presidente Santos, en el cual las desapariciones
generalizadas están ocurriendo. Por estas razones llamamos a un
rechazo público de la desaparición forzada y a hacer visible que es un
crimen que trasciende los gobiernos y las naciones – aunque muta –, y
que es una política de Estado y del sistema capitalista.

Desde nuestras letras y acciones hemos señalado con urgencia que no
estamos en un momento de “post-conflicto.” Nombrar la realidad
colombiana como una de post-conflicto, es una de las maneras por las
cuales los gobiernos de Uribe y Santos han buscado disfrazar una
realidad en la que siguen ocurriendo serias violaciones a los derechos
humanos, entre ellas la desaparición forzada, ejecutada por miembros
de instituciones del Estado, por paramilitares – quienes aun existen
-, y por los actores que tienen intereses económicos en las distintas
regiones de nuestro país. La noción de post-conflicto oculta el
carácter sistemático de despojo y enajenación que sigue suponiendo el
modelo económico que nos rige. Modelo que usa la naturaleza para
beneficios privados, degradando nuestro planeta, causando serios
impactos, como Sandra Viviana lo denunciaba.

Acompañamos solidariamente, con afecto y en la lucha, a los familiares
de Sandra Viviana, a sus compañeros de movimiento, a sus amigos y
amigas. Sabemos que la lucha por la desaparición forzada en nuestro
país se torna en un terreno árido en donde la ignominia de los
victimarios y del Estado toma tal refinación que se nos hace sentir
culpables a quienes clamamos por su regreso con vida. También sabemos
que a veces un ser humano, una historia de vida, termina reducida a
ser un caso, una cifra mas que da cuenta de un Estado que no vela por
la seguridad de sus ciudadanos, y que finalmente termina siendo
empleada como un “hecho” mas por ciertos especialistas, investigadores
y periodistas. Queremos acompañarles en un camino que escape de los
lugares comunes en los que nos han querido poner a los familiares y
amigos, para reconocer que la desaparición forzada existe y que cambia
la vida de manera radical no solo de la persona que desaparecen, sino
también de sus familiares, amigos y de los procesos políticos a los
que están articulados. Desde allí hablamos, desde la experiencia
vivida.

Queremos pensar con Sandra Viviana que los humedales, las cuencas de
los ríos, que la tierra puede liberarse de los intereses que secan,
atrapan, desvían y matan. Decimos con Sandra Viviana que las
comunidades deben levantarse, pensar, actuar, afirmar y construir con
la tierra y el territorio la sociedad que quieren, a la medida de sus
sueños, al ritmo de su cultura y de sus deseos. Queremos hacer con
Sandra Viviana luchas en las que se junte la etnia, la clase, el
pueblo, el sector, donde la memoria guíe los pasos, la memoria larga
de la Madre Tierra, la memoria de las luchas de los pueblos del Río
Cauca, con la suya propia y con la nuestra. Desde aquí también
hablamos, desde la lucha compartida.

Decimos con Sandra Viviana y tantos otros y otras desaparecidos en
Colombia y otros países, que estamos:

I. En busca del doliente en un país y un mundo indolente.
La tarea constante de despertar al dormido y organizarnos con el
despierto va de la mano de reencontrar un país en la dignidad, de
encontrar a los desaparecidos y sus luchas, de continuar con el
sentido de sus vidas.

II. En busca de una justicia con mas ética que sobrepase lo jurídico.
Nuestra meta no nos lleva hasta el laberinto de las formas judiciales,
las trampas de la investigación, los formalismos sin sentidos, las
palabras sin acción. Nuestras luchas no van hasta la descripción del
delito. Nosotros y nosotras buscamos el cerebro que lo piensa, el
interés que lo financia, el brazo que lo ejecuta, y el modelo que lo
sostiene. Nuestra justicia se reviste de la posibilidad de construir
el país y el mundo que ha sido negado cuando apelan a desaparecer y a
matar las luchas.

III. En busca de despojar de sentido al sin sentido.
No somos quienes puedan si quiera conformarse con la normalización de
la desaparición forzada ni en Colombia ni en ningún otro contexto. No
nos vamos a acostumbrar al sin sentido que supone privar de la
libertad a las y los luchadores. No compartimos el sin sentido que ha
convertido los cauces de los ríos de nuestra tierra en cárceles de
mierda, y aquel que nos indica que la muerte vale más que la vida. El
sentido del sinsentido no hace parte de nuestro ser, de nuestra
historia, de nuestras perspectivas. Luchamos con todos los sentidos,
con la sensibilidad, con los sentimientos, por construir otros
sentidos culturales, otras formas de vivir y apreciar la vida.

IV. En busca de CAUSAS, no de casos.
Tejemos para que un país sea libre y justo. No son los CASOS y su
manipulación lo que nos diferencia o nos vuelven particulares en
comparación con quienes mal gobiernan y asesinan. Son las CAUSAS las
que nos juntan. Es en la situación particular de Sandra Viviana donde
nos identificamos con sus familiares y amigos, y es en las causas
donde nos encontramos con Sandra, con todos y todas para devolverle a
la vida su cauce como al Río por el cual ella luchó por tantos año y
por el que sigue luchando.

Por ti y tus luchas, aquí estamos contigo y los tuyos Sandra Viviana,
construyendo caminos.

Hijos e Hijas por la memoria y contra la impunidad
Enero 29 de 2012

NO AL OLVIDO, PORQUE NO QUIERO!!!