lunes, 19 de marzo de 2007

Planeta Tierra

Hay días en que desesperadamente me pregunto por qué te mataron. Por qué estoy viviendo este dolor tan intenso. Por qué no puedo disfrutar más de tu compañía, de tus enseñanzas. Por qué no estás en casa dispuesto a contestar una llamada mía. Porque estuviste tan sólo en nuestros corazones y en la gran foto que tiene la abuela en casa el 31 de diciembre, cuando era nuestro día favorito. En esos instantes me lleno de un dolor profundo, desgarrador, desconcertante, un dolor que sabe a rabia en los labios cuando trato de verbalizarlo. Me duele más cuando te pienso hace un año, riendo, con tu cabello largo. La boca se me hace agua cuando te pienso en vida, se torna áspera cuando arribo al martes en que te llevaron. No entiendo, que alguien me explique, que alguien me de razones, que estoy gritando callada a todo viento: ¿Por qué te mataron, quién les dio permiso? ¿Quiénes son acaso? ¿Cuál es el poder especial que los reviste? No entiendo. No entiendo. Luego de un año sigo sin entender. No estoy en el mismo lugar de siempre, el duelo me lleva por parajes distintos, pero olvidar no puedo. En mi camino el olvido me es ajeno. Está distante de mi convicción de vida. ¿Dánde estás? ¿Por qué te han llevado? Me interrogo inútilmente. Por qué no hay respuestas, por qué en Colombia hay tantos oídos sordos. Padre, me haces falta. A veces ni llorar puedo. Es que no entiendo, no comprendo, no acepto. Renuncio a seguir viviendo en un país con tanta mierda. Renuncio al país del depotismo, de la violencia, de la sangre, de los difuntos. Renuncio a dejar que sueños y proyectos políticos queden destinados al olvido. Renuncio. Ya lo he hecho. Odio las mentiras, me asquea el olvido. Me producen náuseas los que venden nuestra patria, más náuseas que las que sentí el domingo que encontraron tus restos. Náuseas más terribles que las que experimenté cuando me fui haciendo lavado cerebral para aceptar que quizás estabas muerto. Náuseas más viscerales que las que sentí al verte sólo en pedazos en la morgue. Náuseas que asquean. Náuseas y rabia. Más rabia que aquella de saber lo que decía de tu muerte el Presidente, el Ministro, el director de Medicina Legal, la periodista aquella. Es mi derecho sentir rabia, estar dolida, querer la verdad, soñar con imposibles como la justicia. Es mi derecho querer construir una mejor patria sin tantas mentiras. Un año ha pasado y no sabemos nada de quienes te mataron. Para nosotros, los que aquí quedamos cuando a ustedes se los llevan, la paciencia resulta una obligación. Obligada a esperar un tanto más, así, te digo de nuevo que te extraño, te añoro, te recuerdo, te dibujo en sueños… Eso al menos sigue siendo mío: los sueños!!!

Antígona Gómez – Nacida el 21 de marzo de 2006

Jaime Gómez: Desaparecido el 21 de marzo de 2006 – hallaron sus restos por arte de magia (en Colombia hay bastantes magos), el 23 de abril del mismo año.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy conoci tu blog y me alegra mucho saber que puedas vivir este duelo de esta manera, escribiendo.
Puedo entender y comprender tu situacion, debe ser muy dificil vivir una situacion como la tuya, no es facil ademas en las circunstancias en que se sucedio.
Estare leyendo tus bonitas, tristes y por que no, esperanzadoras palabras.
Buen camino

Angelica dijo...

Dianita! hace un año me quedé sin palabras cuando me llamaste a decirme lo que habia pasado... nunca encontré palabras que no sonaran triviales o vanas en medio de tanto dolor, tanta injusticia y tanta indiferencia... Ahora te digo un año después que el país requiere una apuesta política feminista, humanista, revolucionaria que ponga fin a la muerte, a la injusticia social, al silencio y al olvido! Tu voz, nuestra voz debe seguir levantándose y resistiéndose! Gracias por todo lo que nos enseñas cada día!

Unknown dijo...

Bueno, no puedo decir que entiendo tu dolor...pero si que entiendo que ya no soportes un país con tanta mierda. Claro lo hago fácil... desde afuera... no en el exilio...pero si con él ánimo de poder encontrar aquí afuera una mierda distinta a la vivida allá. Con todo mi historia... es fácil si se compara con la de miles de colombianos. Escribes con tanto dolor que ahora el estomago se me pega al espinazo y entiendo como hace rato no lo hacia... que aún en la distancia sigo siendo colombiano y compartiendo el dolor de mis conciudadanos... que no es lo mismo que patriotismo por ese pais de mierda... de políticos y dirigentes que solo producen asco... por instituciones sometidas y complices (iglesia,partidos políticos. etc.) a quienes lo único importante es no perder sus migajas... No es patriotismo por un país esclavizado y vendido por sus gobernantes... es nostalgia por el niño de la calle... desplazado pidiendo limosna, al cual no tenía nada que darle como no fuera mi mirada y mi silencio... mis bolsillos vacios por un desempleo galopante... mis perspectivas... oscuras... la invitación a reventar de rabia y a querer reventar por la violencia a paracos... narcos... políticos, curas.. a toda esa corruptela institucional que nos tiene hasta el cuello, sin saber hasta cuando.

Anónimo dijo...

Vuelve y juega y la tragedia no termina. Hasta donde? Hasta cuando? Me identifico con su dolor y creo que eso no es suficiente. Hoy trate de encontrarte de nuevo en la revista Semana y por casualidad no te encontre.
La verdad y su esencia en Colombia desaparece rapidamente. Alla todo es realismo magico. Lo triste es que ese realismo sigue ensangrentando nuestra tierra colombiana. Hasta cuando? Cuando se acabara esta danza macabra de asesinatos impunes? Cuando vamos a decir que suficiente es suficiente. Cuando le vamos a dar la vida una oportunidad. Cuando nuestros poetas dejaran de esconderse y comenzaran a dar testimonio a este dolor descomunal y macabro.
Contigo en tu dolor y en la busqueda de la verdad.

Namaste

NO AL OLVIDO, PORQUE NO QUIERO!!!