Entrevista conmigo misma que es lo mismo que decir otras tantas personas con las que he hablado y me han dicho o preguntado cosas cómo:
1. ¿No cree usted que es mejor olvidar y dejarle a la justicia la resolución del caso de su padre?
AG: Primero, creo yo, tendríamos que ponernos de acuerdo sobre que es olvidar. Yo no puedo olvidar que alguien decidió quitarme a mi padre por un antojo y que ahora no puedo compartir mas con él. ¿Usted podría? Lo que si puedo hacer yo, que siento es lo que le hace falta al país, es dejar de lado cualquier intención de venganza o acción que nos siga condenando a la violencia y al circulo vicioso de la muerte. Y con esto me refiero a actitudes directas e indirectas de venganza. ¿Tú crees que alguien puede realmente olvidar algo así? Me refiero, ¿un asesinato de un ser querido, que fue torturado, desaparecido y entregado a su familia en condiciones deplorables? Por otra parte, claro que le dejo a la justicia colombiana la resolución del caso de mi padre, Jaime Gómez, lo único es que la justicia en Colombia no es imparcial y si mas bien bastante miope, razón por la cual debemos mantenernos a la “pata” de las instituciones para lograr que efectivamente se aplique la justicia.
2. ¿A qué se refiere con actitudes directas o indirectas de venganza?
AG: Muy simple, no sólo quien empuña un arma por deseo propio tiene una actitud directa de venganza, quienes lo hacen por orden de otros y quienes consideran que la guerra o la acción militar es la vía para resolver los problemas del país indirectamente están afianzando en muchos casos actitudes de venganza. Me explico, siento que por parte de algunas personalidades hay más una actitud de venganza y de ponderar quien es el fuerte cuando se opta por la profundización de la guerra y no por el diálogo y la negociación en el contexto actual.
3. ¿No cree usted que como están las cosas en el país es mejor dejar todo “quieto” y sino funciona la justicia de las instituciones colombianas dejar todo a la justicia divina?
AG: Sabemos que en el país las cosas están difíciles. Pero no podemos seguir contribuyendo a la impunidad. Sino hay quienes exijan justicia, en el país seguirá siendo de lo más común que se asesine gente y nadie pague por eso. Por otra parte no entiendo bien lo de la justicia divina, y como dicen muchos: hasta no ver no creer. Por eso prefiero que estando ahora acá, en la tierra, quienes obren mal paguen con el peso de la justicia terrenal, aunque no sea perfecta. Eso de la justicia divina es un arma de doble filo, es contentillo para quienes no logran justicia desde las instituciones y contribuye a la impunidad, es premio para los victimarios que ya bastantes privilegios tienen!!! Otra cosa es que por leyes de la “naturaleza” o de la “energía”, todo mundo pague en vida lo que hace mal. Eso si lo creo. Si te portas mal, te va mal, si haces las cosas bien, te va bien.
4. ¿No cree que insistir en la memoria, en la verdad, le hace mal al país? ¿No considera que es importante hacer un borrón y cuenta nueva?
AG: No se realmente que es lo que le hace mal al país. La verdad no le puede hacer mal. El país no es un niño, un menor de edad al que no le podemos contar que su madre o su padre tienen cáncer porque no lo asimila. Lo que le hace daño al país es no saber la verdad. Es bastante prejuicioso, desde mi punto de vista, pensar que la verdad no va a permitir continuar adelante. La verdad es necesaria por varias razones. Primero, porque es un derecho de quienes hemos sido victimas directas e indirectas de este conflicto, de esta guerra. Sin ese derecho no habrá tranquilidad ni posibilidades de acuerdos y consensos para el futuro. Segundo, más de la mitad del país, que no sabe en que nación esta viviendo, debe saber que ha pasado y sigue pasando acá. Tercero, es tiempo que los actores responsables de la crisis de Colombia, asuman sus responsabilidades pues bastante daño le han hecho al conjunto de la sociedad para que puedan pasar sin cargos en un juicio histórico que es necesario. En cuanto al borrón, no creo que sea posible. Colombia está demasiado polarizado para que haya borrón y cuenta nueva. Lo que tenemos son muchas versiones en pugna, mucho debate, disputa por la construcción de la verdad y la historia. Además de que no creo que sea posible, tampoco considero que el borrón sea la vía más correcta por todo lo que he expuesto anteriormente. Necesitamos reconocernos en nuestro pasado y presente para mirar si podemos cambiar nuestro futuro.
5. ¿Cree usted en la reconciliación?
AG: No sé. No lo tengo claro. Yo no he hecho nada, ¿con quién debo reconciliarme? No tengo deseos de venganza, ¿con quién me reconcilio? No sé, lo de la reconciliación es todavía una elaboración para mi. A veces pienso que quienes se deben reconciliar son los actores de los bandos en conflicto y que se debe construir una sociedad tolerante a las diferencias pero no apática a las injusticias. Lo que si tengo claro es que no podemos hablar de reconciliación sin arrepentimiento verdadero, sin la convicción de que lo que se hizo en el pasado fue un error y que no se puede seguir utilizando la misma estrategia. Pienso que la reconciliación es necesaria para construcción de una sociedad en armonía, pero mi pregunta es un poco por quienes se deben reconciliar y qué significa eso de reconciliarse.
6. ¿No se quedan un poco en el pasado las victimas?
AG: Las victimas, ni las muertas ni las vivas estamos en el pasado. Bueno, quizás este haciendo mal al responder en plural. Es parte de la concepción peyorativa que tiene esta sociedad de las victimas pensar que no quieren la reconciliación, que son anti futuro, que son débiles y pobrecitas. Exigir verdad, justicia no es estar en el pasado. Son nuestros derechos, la memoria es nuestro derecho, exigir la construcción del futuro y del presente teniendo en cuenta nuestras historias no es quedarnos en el pasado. Si exigir derechos fundamentales y querer construir una historia plural, con más versiones, es estar en el pasado, mas del 50 % de las y los colombianos estamos allí situados.
7. ¿Considera que en el país se garantizan el derecho a la justicia, la verdad y la reparación?
AG: No. ¿Usted qué cree?
8. ¿Qué sigue de aquí en adelante?
AG: Un gran camino por recorrer. Un camino que queremos no este minado por la actuación de fuerzas oscuras, un camino que ofrezca garantías para los derechos, para pensar y construir otro país, un país que se reconozca en su pasado, en los pasos que ando y que proyecte un mejor futuro desde las enseñanzas que han quedado en estos años. Porque esa es otra cosa vital sino conocemos el pasado y extraemos enseñanzas fundamentales de él repetiremos la misma historia cientos de veces y miles de Antígonas tendrán que seguir posando sus pies en tierras infértiles de tanto dolor que queda sobre ellas posado.
9. ¿Ya se va a cumplir un año de la muerte de su padre, que siente?
AG: Muchas cosas. Que el duelo es un camino largo, que hasta ahora vamos en la primera etapa, que para cada quien es diferente y que existen diversas maneras de vivirlo. El paso del primero año, me imagino que con mas fuerza que el resto de años, se hace difícil poruqe el deseo por la vida traiciona. Siento como si la espera por la fecha fuera inevitable y el pensar lo que sucedia hace un año. En febrero del año pasado, por ejemplo, recuerdo que almorzamos en casa de mi abuela y cantamos el feliz cumpleaños. Luego, pienso en que ya casi va a ser la ultima vez que lo vi, caminando abrazados por Galerias con el resto de la familia. La ausencia se posa en algún lugar tan cercano que no te puedes despojar de ella, la rabia se acrecienta, se siente y enfurece. Trato de pensar en otras formas de recodarlo que no sea dando sentido a la muerte.
10. ¿Pero usted siente rabia?
AG: Claro. Es normal, es mi derecho. Pero mi rabia no mata, no busca venganza. Ella es mi sentimiento, producto del dolor y la ira que produce lo que me han hecho vivir. Tengo rabia y por eso escribo, prefiero conectarme con las letras que con revólveres, cuchillos, bombas o petardos o simplemente dar ordenes para que otros tantos mueran indiscriminadamente.
A los 12 días de Febrero de 2007, Planeta Tierra
1. ¿No cree usted que es mejor olvidar y dejarle a la justicia la resolución del caso de su padre?
AG: Primero, creo yo, tendríamos que ponernos de acuerdo sobre que es olvidar. Yo no puedo olvidar que alguien decidió quitarme a mi padre por un antojo y que ahora no puedo compartir mas con él. ¿Usted podría? Lo que si puedo hacer yo, que siento es lo que le hace falta al país, es dejar de lado cualquier intención de venganza o acción que nos siga condenando a la violencia y al circulo vicioso de la muerte. Y con esto me refiero a actitudes directas e indirectas de venganza. ¿Tú crees que alguien puede realmente olvidar algo así? Me refiero, ¿un asesinato de un ser querido, que fue torturado, desaparecido y entregado a su familia en condiciones deplorables? Por otra parte, claro que le dejo a la justicia colombiana la resolución del caso de mi padre, Jaime Gómez, lo único es que la justicia en Colombia no es imparcial y si mas bien bastante miope, razón por la cual debemos mantenernos a la “pata” de las instituciones para lograr que efectivamente se aplique la justicia.
2. ¿A qué se refiere con actitudes directas o indirectas de venganza?
AG: Muy simple, no sólo quien empuña un arma por deseo propio tiene una actitud directa de venganza, quienes lo hacen por orden de otros y quienes consideran que la guerra o la acción militar es la vía para resolver los problemas del país indirectamente están afianzando en muchos casos actitudes de venganza. Me explico, siento que por parte de algunas personalidades hay más una actitud de venganza y de ponderar quien es el fuerte cuando se opta por la profundización de la guerra y no por el diálogo y la negociación en el contexto actual.
3. ¿No cree usted que como están las cosas en el país es mejor dejar todo “quieto” y sino funciona la justicia de las instituciones colombianas dejar todo a la justicia divina?
AG: Sabemos que en el país las cosas están difíciles. Pero no podemos seguir contribuyendo a la impunidad. Sino hay quienes exijan justicia, en el país seguirá siendo de lo más común que se asesine gente y nadie pague por eso. Por otra parte no entiendo bien lo de la justicia divina, y como dicen muchos: hasta no ver no creer. Por eso prefiero que estando ahora acá, en la tierra, quienes obren mal paguen con el peso de la justicia terrenal, aunque no sea perfecta. Eso de la justicia divina es un arma de doble filo, es contentillo para quienes no logran justicia desde las instituciones y contribuye a la impunidad, es premio para los victimarios que ya bastantes privilegios tienen!!! Otra cosa es que por leyes de la “naturaleza” o de la “energía”, todo mundo pague en vida lo que hace mal. Eso si lo creo. Si te portas mal, te va mal, si haces las cosas bien, te va bien.
4. ¿No cree que insistir en la memoria, en la verdad, le hace mal al país? ¿No considera que es importante hacer un borrón y cuenta nueva?
AG: No se realmente que es lo que le hace mal al país. La verdad no le puede hacer mal. El país no es un niño, un menor de edad al que no le podemos contar que su madre o su padre tienen cáncer porque no lo asimila. Lo que le hace daño al país es no saber la verdad. Es bastante prejuicioso, desde mi punto de vista, pensar que la verdad no va a permitir continuar adelante. La verdad es necesaria por varias razones. Primero, porque es un derecho de quienes hemos sido victimas directas e indirectas de este conflicto, de esta guerra. Sin ese derecho no habrá tranquilidad ni posibilidades de acuerdos y consensos para el futuro. Segundo, más de la mitad del país, que no sabe en que nación esta viviendo, debe saber que ha pasado y sigue pasando acá. Tercero, es tiempo que los actores responsables de la crisis de Colombia, asuman sus responsabilidades pues bastante daño le han hecho al conjunto de la sociedad para que puedan pasar sin cargos en un juicio histórico que es necesario. En cuanto al borrón, no creo que sea posible. Colombia está demasiado polarizado para que haya borrón y cuenta nueva. Lo que tenemos son muchas versiones en pugna, mucho debate, disputa por la construcción de la verdad y la historia. Además de que no creo que sea posible, tampoco considero que el borrón sea la vía más correcta por todo lo que he expuesto anteriormente. Necesitamos reconocernos en nuestro pasado y presente para mirar si podemos cambiar nuestro futuro.
5. ¿Cree usted en la reconciliación?
AG: No sé. No lo tengo claro. Yo no he hecho nada, ¿con quién debo reconciliarme? No tengo deseos de venganza, ¿con quién me reconcilio? No sé, lo de la reconciliación es todavía una elaboración para mi. A veces pienso que quienes se deben reconciliar son los actores de los bandos en conflicto y que se debe construir una sociedad tolerante a las diferencias pero no apática a las injusticias. Lo que si tengo claro es que no podemos hablar de reconciliación sin arrepentimiento verdadero, sin la convicción de que lo que se hizo en el pasado fue un error y que no se puede seguir utilizando la misma estrategia. Pienso que la reconciliación es necesaria para construcción de una sociedad en armonía, pero mi pregunta es un poco por quienes se deben reconciliar y qué significa eso de reconciliarse.
6. ¿No se quedan un poco en el pasado las victimas?
AG: Las victimas, ni las muertas ni las vivas estamos en el pasado. Bueno, quizás este haciendo mal al responder en plural. Es parte de la concepción peyorativa que tiene esta sociedad de las victimas pensar que no quieren la reconciliación, que son anti futuro, que son débiles y pobrecitas. Exigir verdad, justicia no es estar en el pasado. Son nuestros derechos, la memoria es nuestro derecho, exigir la construcción del futuro y del presente teniendo en cuenta nuestras historias no es quedarnos en el pasado. Si exigir derechos fundamentales y querer construir una historia plural, con más versiones, es estar en el pasado, mas del 50 % de las y los colombianos estamos allí situados.
7. ¿Considera que en el país se garantizan el derecho a la justicia, la verdad y la reparación?
AG: No. ¿Usted qué cree?
8. ¿Qué sigue de aquí en adelante?
AG: Un gran camino por recorrer. Un camino que queremos no este minado por la actuación de fuerzas oscuras, un camino que ofrezca garantías para los derechos, para pensar y construir otro país, un país que se reconozca en su pasado, en los pasos que ando y que proyecte un mejor futuro desde las enseñanzas que han quedado en estos años. Porque esa es otra cosa vital sino conocemos el pasado y extraemos enseñanzas fundamentales de él repetiremos la misma historia cientos de veces y miles de Antígonas tendrán que seguir posando sus pies en tierras infértiles de tanto dolor que queda sobre ellas posado.
9. ¿Ya se va a cumplir un año de la muerte de su padre, que siente?
AG: Muchas cosas. Que el duelo es un camino largo, que hasta ahora vamos en la primera etapa, que para cada quien es diferente y que existen diversas maneras de vivirlo. El paso del primero año, me imagino que con mas fuerza que el resto de años, se hace difícil poruqe el deseo por la vida traiciona. Siento como si la espera por la fecha fuera inevitable y el pensar lo que sucedia hace un año. En febrero del año pasado, por ejemplo, recuerdo que almorzamos en casa de mi abuela y cantamos el feliz cumpleaños. Luego, pienso en que ya casi va a ser la ultima vez que lo vi, caminando abrazados por Galerias con el resto de la familia. La ausencia se posa en algún lugar tan cercano que no te puedes despojar de ella, la rabia se acrecienta, se siente y enfurece. Trato de pensar en otras formas de recodarlo que no sea dando sentido a la muerte.
10. ¿Pero usted siente rabia?
AG: Claro. Es normal, es mi derecho. Pero mi rabia no mata, no busca venganza. Ella es mi sentimiento, producto del dolor y la ira que produce lo que me han hecho vivir. Tengo rabia y por eso escribo, prefiero conectarme con las letras que con revólveres, cuchillos, bombas o petardos o simplemente dar ordenes para que otros tantos mueran indiscriminadamente.
A los 12 días de Febrero de 2007, Planeta Tierra
1 comentario:
Cuatro preguntas.
(Pensé en una segunda entrada a la entrevista)
1. ¿Usted cree que la Justicia Colombiana dirá la verdad en el caso de su padre?
2. ¿Cómo le parecen las recientes puestas en escena de grupos que intentan hacer visible la situación de los derechos humanos en Colombia? ¿Sabía usted que a diario se realizan este tipo de manifestaciones? He visto el nombre de su padre allí.
3. ¿Que cree que es lo más valioso de esta experiencia para la reflexión sobre memoria, guerra y olvido?
4. ¿Qué nos puede decir sobre quienes perpetraron el crimen?
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